Sánchez utiliza el veto a Vox en el País Vasco para colar a Bildu y ERC en la Comisión de Secretos
Sánchez está decidido a meter a Bildu y ERC en la Comisión de Secretos Oficiales. La negativa de Vox y PP a que accedieran a los secretos oficiales de Estado había dejado a estos partidos fuera de los 3/5 necesarios para sentarse en la comisión. Pero el presidente del Gobierno prepara ya una nueva cesión en la que tirará de imaginario para defender su postura. Así, el PSOE prepara un argumento surrealista con el que contestar al PP y Vox: “Es necesario acabar con los vetos, como ha sentenciado el Tribunal Constitucional tras el veto sufrido por Vox en el Parlamento vasco”. Lo más llamativo es que ese veto fue respaldado por el PSOE-PSE.
El Gobierno tiene decidida ya su solución «inmediata e inminente» para que se constituya la Comisión de Secretos Oficiales del Congreso, que no funciona desde hace tres años por la falta de acuerdo entre las formaciones políticas. El plan de Pedro Sánchez pasa por una nueva cesión ante la exigencia de sus aliados separatistas de acceder a esos secretos. Una reclamación que defienden ERC y Bildu afirmando que deben poder defenderse a raíz del caso de las presuntas escuchas a los líderes independentistas mediante el programa Pegasus.
Para poder conocer materias clasificadas es necesario contar con la autorización del Pleno del Congreso superando un respaldo de tres quintos de la Cámara, esto es, de 210 votos. Ese apoyo, además, debe lograrse en una votación secreta mediante papeleta depositada en una urna. De ahí que, en este tiempo, no se haya podido constituir esta comisión por los vetos cruzados entre los partidos y gracias al deseo de Vox y PP de que no accedieran a la comisión ni Bildu ni ERC.
Desbloqueo de la comisión
Ahora el Gobierno desbloqueará el organismo. Y lo hará aprobando una nueva resolución para rebajar las mayorías exigidas para su constitución y dejándolas en las mismas que se aplican al resto de comisiones en las que no se desvelan secretos oficiales.
La Comisión de Secretos está regulada por una resolución de la Presidencia del Congreso, de 11 de mayo de 2004. De ese modo, es posible sustituirla por una nueva, a iniciativa de la presidenta del Congreso, Meritxell Batet, en la que se fije la nueva mayoría -absoluta-, lo que permitiría dar entrada a los partidos separatistas y a Bildu. En este tiempo, el Partido Popular ha venido rechazando que la formación de Arnaldo Otegi pueda conocer secretos de Estado. Y Vox, por su parte, rechaza que todos los independentistas tengan acceso a la información reservada.
Pero lo mejor de todo ello es la argumentación que baraja el Gobierno para defender esta reforma ante la opinión pública y evitar la crítica de los partidos de la oposición. Y es que el PSOE asegura que deben “acabarse los vetos”, momento en el que menciona el propio bloqueo sufrido por Vox recientemente en el Parlamento vasco, donde se le negaron tiempos de intervención con el apoyo del propio PSOE-PSE. El propio Tribunal Constitucional ha tumbado ese veto. Y, ahora, Sánchez quiere convertir el veto de los socialistas a Vox en un argumento para permitir a Bildu y ERC que accedan a los secretos oficiales.
Efectivamente, el Parlamento vasco vulneró el derecho de participación política de Vox al imponer un cordón sanitario a la parlamentaria de la formación dirigida por Santiago Abascal con representación en esa Cámara. Y así los sentenció el Pleno del Tribunal Constitucional, que estimó parcialmente el recurso de amparo presentado por el Grupo Mixto y su única integrante, Amaia Martínez.
Pero es que fue un 13 de agosto de 2020, con los votos del PNV, EH Bildu, PSE-EE y Elkarrekin Podemos-IU, cuando la Mesa acordó limitar el tiempo de intervención de Vox en los debates parlamentarios, dejándole sólo un tercio del que disponen el resto de partidos y reduciendo sus iniciativas a sólo una cada tres plenos ordinarios y otra cada tres plenos de control. Igualmente, se le limitó el equipo personal: sólo se le permitió contar con un asistente.